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Patagonia argentina

jueves, 9 de agosto de 2012

¿Será que nos falta imaginación?



Ahí, en el potrero manso de cualquier barrio. Ahí, en las calles solitarias de cualquier ciudad. Ahí, en los sueños inconclusos de este país. Ahí, entre miradas distantes y ojos que no ven (¿no ven?) se empiezan a dibujar gambetas que aleccionan perejiles y apasionan al piberío.

Acá, en las ciudades furiosas de nuestra era, empezamos a entender porque no vemos lo que nos pasa, por qué se pierde nuestra mirada en los ombligos gordos de nuestro ego. ¿Será que nos falta imaginación?

La pregunta surge de tanto en tanto, pero adquiere un peso sustantivo cada vez que Silvio Velo juega al fútbol, porque lo que entendemos cuando lo hace es que no importa su discapacidad visual, conoce cada centímetro de la cancha, identifica la posición exacta de cada compañero y desorienta rivales con una facilidad inusitada. Siente la pelota como una extensión de sus pies, imagina jugadas, sólo para hacerlas realidad. Hace que su mente (atiborrada de sentidos) convierta en realidad lo que el común de nosotros, los aparentemente "capacitados”, creemos imposible. Hace que pensemos para qué carajo estamos en este mundo si ni siquiera nos damos el tiempo para imaginar y soñar realidades.

Digamos que cada vez que Silvio toca una pelota todo puede suceder, cómo no pensarnos en esa condición de posibilidad. Como no tomar su ejemplo y transformarlo en bandera. Sí, somos posibilidad, le pese a quién le pese. Podemos crear un mundo, sólo nos hace falta imaginarlo y trabajar fuertemente para conseguirlo. ¿Un mundo te parece mucho? ¿Y qué tal si empezamos a des individualizar nuestras creencias y las transformamos en guía colectiva? Parece poco, no lo es.

Silvio es un artista, pinta mundos, jugadas y goles, nos pinta el corazón de solidaridad. Yo prefiero creer en su imaginación, sólo ella nos puede llevar a construir una sociedad mejor, ¿y qué tal si en vez de pensar tanto damos curso a nuestros más sensibles sentimientos? ¿Y qué si imaginamos la parábola del destino con los ojos del corazón? ¿Por qué no cerrar los párpados y adivinarnos en un futuro más solidario y de mayor peso colectivo? ¿Y por qué no nos hundimos, aunque sea un ratito, en la inconfundible sensación de un abrazo cálido, una palabra justa, un gesto emancipador? ¿Será que nos falta imaginación?

El fútbol puede parecer sórdido, circo brutal para millones de fanáticos que nos perdemos en su pasión. Pero también puede ser posibilidad, puede ser sueños y esperanzas, no por el logro pequeño, individual, sino por el grande, el colectivo. En la vida cómo en el fútbol, en la política como en el fútbol, sólo se trata de imaginarnos mundos y creer fervientemente en ellos, de adueñarnos de sus posibilidades y hacer que sucedan. Lindo partido para jugar ¿no? ¿Y qué tal si empezamos a soñar? ¿Te sumas a nuestro equipo?



Nacho

miércoles, 19 de mayo de 2010

Negra





Mercedes sosa




















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lunes, 27 de octubre de 2008

La palomita de regadera.

Aunque esta vez, espero no perder por afano, dijo balín luego de que el pollo nos cuente del enfrentamiento que había pactado con el grupo de los buitres a un partido de futbol final. Que raro el pollo haciendo cagadas, pensamos todos. Muchos de nosotros sabíamos que nos jugaríamos la vida en ese partido y mas de uno se enojo con el pollo por hacer el enfrentamiento, otros no querían jugarlo. Pero claro era entendible, si nosotros toda la vida los tuvimos de hijos a los buitres, le ganábamos siempre, salvo la última vez que habíamos jugado que nos bailaron como nunca antes nadie lo había hecho, pero esa vez nos falto medio equipo titular. Por eso Balín tiro su predica al cielo cuando se enteró del choque. La consigna era que quien ganara el partido quedaría como el mejor equipo Sampedrino de todos los tiempos, y si, éramos todos de San Pedro y el honor que nos jugaríamos en ese enfrentamiento seria enorme. La idea de perderlo para nosotros era toda una frustración, imagínate siempre le ganábamos y si ellos nos ganaban esta vez, por mas que los hallamos humillado durante toda la adolescencia, tendrían el diploma y el tupe de decir que eran los mejores. Esto a mi me atemorizaba. El partido seria a las 5 de la tarde en el club náutico. Llegó el día estábamos todos listos, la verdad es que teníamos un equipazo, estaban todos esta vez , garavaglia, el pichi, cuno ,yo, pantera, tino, y un solo suplente que quedó afuera por problemas físicos y que como veremos cambio la historia para siempre, mi querido y bien ponderado amigo Leonardo "regadera" Regueiro. Afuera teníamos una sarta de hinchas, miembros del grupo que no eran de jugar, el napio, el galgo, nico, maxi, y el gordo Petu.
Estaba por comenzar el partido cuando recibimos el llamado aterrador de que nuestro arquero, que digo arquero, arquerazo, el hormiga se había retrasado y no iba a llegar al encuentro. No nos quedo otra, que rogarle a Petu que tome las riendas y que se haga el dueño del arco, el gordo se hizo rogar pero finalmente accedió. Comenzó el partido y ellos estaban como locos, corrían metían, jugaban, nosotros no lo podíamos creer estábamos dormidos, hasta que vino lo peor, gol de ellos, luego de una jugada elaborada entre Laiseca y el colo Bertola, fue el gordo Kasta quien le dio el pase a la red. Ahí fue que nos despertamos. Rápidamente empatamos con gol de pantera.
Cayó la tarde de golpe, íbamos 5 a 5 con 3 minutos más por jugar. Nosotros estábamos muertos, se notaba la falta de futbol, golpeados y todo seguimos, pero en ese preciso instante vino lo peor, lo vemos a nuestro 5 ese que mete y juega, un estandarte del plantel, a nacho Garavaglia tendido en el suelo tomándose la rodilla. Listo pensamos todos, con nacho afuera no teníamos chances. No podía seguir aparentemente era un esguince. Afuera regadera preguntaba - ¿entro? ¿Ey entro?- repetía a los gritos. -Si le digo- párate bien de 5 y no te muevas de ahí ¿esta? - ni me contesto y se fue a parar a su puesto. Faltaban menos de 2 minutos según me dijo uno de los chicos que estaba controlando afuera. La verdad es que teniendo en cuenta la poca movilidad de nuestro arquero, los penales no nos favorecían para nada. Todo había quedado en un lateral para nosotros en la mitad de la cancha. Saca el pichi y me la tira bien larga casi al córner, yo tiro una diagonal y la voy a buscar a toda velocidad y cuando llego a la pelota miro el área y ahí venia el, como una locomotora entrando a todo vapor, -¡Regadera volver!!- le gritaban de atrás. Meto el centro bien al punto del penal y veo que regadera no llegaba, pero se tira de palomita lanzado en el aire y ahí se detuvo el tiempo para mí. Lo miraba cuando iba en el aire y me decía a mi mismo, - si llega- regadera tira un palomita le da de lleno con la frente a la pelota y........... Como pidiendo permiso se metió justo en el Angulo derecho del arquero. GOL!!!! Gol de regadera. Yo ni lo festeje solo mire apara afuera y pregunté -¿cuanto falta?- y ahí me dijeron, ya esta termino!

La palomita de Regadera.

Aunque esta vez, espero no perder por afano, dijo balín luego de que el pollo nos cuente del enfrentamiento que había pactado con el grupo de los buitres a un partido de futbol final. Muchos de nosotros sabíamos que nos jugaríamos la vida en ese partido y más de uno se enojo con el pollo por hacer el enfrentamiento. Pero claro era entendible, si nosotros toda la vida los tuvimos de hijos, le ganábamos siempre, salvo la última vez que nos bailaron como nunca antes nadie lo había hecho. La consigna era que quien ganara el partido quedaría como el mejor equipo Sampedrino de la historia, imagínate siempre le ganábamos y si ellos nos ganaban esta vez, por mas que los hallamos humillado durante toda la adolescencia, tendrían el diploma y el tupe de decir que eran los mejores. Llegó el día del partido, la verdad es que teníamos un equipazo, estaban todos esta vez y un solo suplente que como veremos cambio la historia para siempre, Leonardo "regadera" Regueiro. Comenzó el partido y ellos estaban como locos, corrían metían, jugaban, hasta que vino lo peor, gol de ellos. Ahí fue que nos despertamos y rápidamente empatamos. Cayó la tarde de golpe, íbamos 5 a 5 con 3 minutos por jugar. Estábamos muertos, se notaba la falta de futbol, en ese preciso instante vemos a nuestro 5 tendido en el suelo tomándose la rodilla. Con Nacho afuera no teníamos chances. No podía seguir. Entra entonces "regadera" con menos de 2 minutos por jugar. Sacamos un lateral bien largo casi al córner, la voy a buscar a toda velocidad y cuando llego a la pelota miro el área y ahí venia el, como una locomotora entrando a todo vapor. Meto el centro bien al punto del penal, el se tira de palomita y lanzado en el aire le da de lleno con la frente a la pelota, esta como pidiendo permiso, se metió justo en el Angulo derecho del arquero. GOL!!!! Gol de regadera. Yo ni lo festeje solo mire para afuera y pregunté -¿cuanto falta?- y ahí me dijeron, ya esta termino!